26-05-2013 El
viedmense Ezequiel Millañanco cumplió el sueño de cualquier hombre
argentino: debutar en un equipo grande de la primera división de fútbol.
Con sólo 19 años, se calzó la 42 de Independiente para enfrentar a Boca
Unidos en un partido por Copa Argentina. Y fue con victoria.
A los 13, “Chochi”, como le
gusta que le digan, jugaba en el Deportivo Patagones. Sus atributos
sorprendieron a los dirigentes del club Bartolomé Mitre de Pérez, que se
desempeña en la Liga Rosarina.
Viajó a Santa Fe junto a un amigo, con quien compartió sus primeros pasos en el deportivo más popular del planeta, hasta que llegó la gran oportunidad de sumarse a las filas del “Rojo” de Avellaneda.
Luego de algún tiempo, Ezequiel deslumbró con sus goles en Inferiores y Reserva, logrando la confianza de Miguel Brindisi, quien lo hizo debutar con el equipo de Primera.
De esta forma, Ezequiel se sumó a otros viedmenses que actualmente se desempeñan en el máximo escalón del fútbol nacional, como Juan Manuel Martínez en Boca Juniors o Fabio Vázquez en Argentinos Juniors.
Con la alegría del debut aún latente, “Chochi” dedicó algunos minutos de su entrenamiento para dialogar con FM DE LA COSTA:
¿Cómo llegaste a Independiente?
Me trajo Enrique Borrelli. Me costó adaptarme, lloraba mucho, era muy chico y extrañaba la familia. Terminé la primera en el barrio Santa Clara y me fui automáticamente a Rosario. Fue muy duro. Me costo separarme de mis viejos.
¿De Rosario surge la chance de ir a Buenos Aires?
Sí. Estaba jugando bien y tuve la posibilidad de probarme. Borrelli me dijo tenía que presentarme en el club el 19 de enero siguiente, justo para mi cumpleaños. Fue un regalo muy lindo.
¿Y te quedaste en la pensión?
Claro, estuve cinco años ahí. Estuvo muy bueno. Hay momentos en donde uno extraña mucho, pero estaba con 50 chicos que te contienen y nos hicimos muy amigos. A los 18 me tuve que ir y ahora vivo en Capital Federal. El club me está dando una ayuda con la vivienda y ahora, con el debut, se tiene que discutir el contrato.
Eso es clásico entre los jugadores…
Y, si te ven condiciones te arman contrato. Lo vamos a hablar para ver si tenemos suerte. Ojalá se nos de.
¿Y cómo te fue en el debut?
Bien. El equipo jugó bien. Nunca nos quedamos. A mi no me llegó mucho la pelota, pero las que tuve trate de hacerlas bien. Incluso, en una jugada que salgo a buscar la pelota me hacen la falta y de ese tiro libre hicimos el gol del empate.
Ahora se viene Arsenal ¿Jugás otra vez?
Y esperemos que sí. Eso lo decide el técnico Brindisi. Ojala pueda estar. Con la llegada de Brindisi cambió todo un poco, las cosas están saliendo mejor y hay más alegría, más confianza.
¿Tuviste trato con Brindisi?
Sí. Es una gran persona y un gran técnico. Me habló mucho antes de jugar. Me decía que trate de disfrutar el partido, que aguante la pelota, que busque las faltas. Yo quería el gol, como todo delantero.
Venías jugando en reserva ¿cómo estabas ahí?
Estaba de suplente. Y en los últimos tres partidos entraba y hacía goles. Fui titular con San Martín de San Juan y hice metí goles. Al día siguiente me tuve que presentar en Ezeiza, lo de la Copa me sorprendió mucho.
¿Cómo te enteraste que jugabas?
Porque salió en la tele. Estaba muy contento y muy confiado porque jugaba con muchos chicos que conocía de las inferiores.
Viajó a Santa Fe junto a un amigo, con quien compartió sus primeros pasos en el deportivo más popular del planeta, hasta que llegó la gran oportunidad de sumarse a las filas del “Rojo” de Avellaneda.
Luego de algún tiempo, Ezequiel deslumbró con sus goles en Inferiores y Reserva, logrando la confianza de Miguel Brindisi, quien lo hizo debutar con el equipo de Primera.
De esta forma, Ezequiel se sumó a otros viedmenses que actualmente se desempeñan en el máximo escalón del fútbol nacional, como Juan Manuel Martínez en Boca Juniors o Fabio Vázquez en Argentinos Juniors.
Con la alegría del debut aún latente, “Chochi” dedicó algunos minutos de su entrenamiento para dialogar con FM DE LA COSTA:
¿Cómo llegaste a Independiente?
Me trajo Enrique Borrelli. Me costó adaptarme, lloraba mucho, era muy chico y extrañaba la familia. Terminé la primera en el barrio Santa Clara y me fui automáticamente a Rosario. Fue muy duro. Me costo separarme de mis viejos.
¿De Rosario surge la chance de ir a Buenos Aires?
Sí. Estaba jugando bien y tuve la posibilidad de probarme. Borrelli me dijo tenía que presentarme en el club el 19 de enero siguiente, justo para mi cumpleaños. Fue un regalo muy lindo.
¿Y te quedaste en la pensión?
Claro, estuve cinco años ahí. Estuvo muy bueno. Hay momentos en donde uno extraña mucho, pero estaba con 50 chicos que te contienen y nos hicimos muy amigos. A los 18 me tuve que ir y ahora vivo en Capital Federal. El club me está dando una ayuda con la vivienda y ahora, con el debut, se tiene que discutir el contrato.
Eso es clásico entre los jugadores…
Y, si te ven condiciones te arman contrato. Lo vamos a hablar para ver si tenemos suerte. Ojalá se nos de.
¿Y cómo te fue en el debut?
Bien. El equipo jugó bien. Nunca nos quedamos. A mi no me llegó mucho la pelota, pero las que tuve trate de hacerlas bien. Incluso, en una jugada que salgo a buscar la pelota me hacen la falta y de ese tiro libre hicimos el gol del empate.
Ahora se viene Arsenal ¿Jugás otra vez?
Y esperemos que sí. Eso lo decide el técnico Brindisi. Ojala pueda estar. Con la llegada de Brindisi cambió todo un poco, las cosas están saliendo mejor y hay más alegría, más confianza.
¿Tuviste trato con Brindisi?
Sí. Es una gran persona y un gran técnico. Me habló mucho antes de jugar. Me decía que trate de disfrutar el partido, que aguante la pelota, que busque las faltas. Yo quería el gol, como todo delantero.
Venías jugando en reserva ¿cómo estabas ahí?
Estaba de suplente. Y en los últimos tres partidos entraba y hacía goles. Fui titular con San Martín de San Juan y hice metí goles. Al día siguiente me tuve que presentar en Ezeiza, lo de la Copa me sorprendió mucho.
¿Cómo te enteraste que jugabas?
Porque salió en la tele. Estaba muy contento y muy confiado porque jugaba con muchos chicos que conocía de las inferiores.