martes, abril 10, 2007

"Yo hasta pediría que no se hagan más revoluciones en el fútbol"



Hombre de izquierdas, en la cancha Valdano para la pelota, defraudado por las sucesivas innovaciones. Una jugosa charla de fútbol que giró en torno a tácticas, técnicos, debates engañosos y verdades erróneas.










Cómo ves el fútbol? ¿Hacia dónde va?

-No tengo ni idea hacia dónde va. Están cambiando pautas, se juegan muchos partidos, porque hay mucha movilidad de jugadores, hay países compradores y países vendedores, y todo eso provoca cambios en nuestra visión del fútbol de una manera permanente.

-Da un ejemplo.

-Bueno, es la primera vez que percibo esto en España: un partido de la selección era un acontecimiento, una posibilidad de ver juntos a los mejores. Ahora es una interrupción del campeonato, es como un familiar que viene a visitarnos, sin dudas querido, pero tenemos tantas cosas que hacer que la verdad que venga en este tiempo resulta un poco inoportuno. Hay una percepción de que es como una interrupción del culebrón de la Liga, que forma parte de nuestra cotidianidad y con la que nos relacionamos mejor.

-¿Cómo afecta al juego?

-Bueno, lo dijo Basile, los entrenadores de la Selección son antes seleccionadores que entrenadores. Y ha tomado ahora esta decisión de entrenar con los jugadores nacionales, que de alguna manera se parece con aquello que hizo el Flaco en su momento, pero dentro de un país futbolísticamente distinto. Ahora se están haciendo muchos esfuerzos para ver si hay alguno en el próximo Mundial que juegue en Argentina.

-De este modo, el fútbol se hace menos atractivo.

-El fútbol se parece a su tiempo, y éste es un tiempo de identidades más atomizadas. Y este juego tiene una enorme capacidad para parecerse a su entorno. Las cosas que van cambiando a mí no parecen graves. Claro, hay algunos que somos más puristas, pero no debemos verlo como algo escandaloso. Basta ir a la cancha para ver la pasión de la gente y entender que esto está más vivo que nunca.

-¿Cómo se refleja eso en la cancha?

-Cambió el ritmo de juego, tienden a desaparecer conceptos como la pausa, porque desaparecen los jugadores más pensantes. El juego se ha ido haciendo, en términos generales, más conservador. Los entrenadores se sienten en peligro, hacen tácticas en defensa de su cargo, y eso necesariamente los hace más conservadores. El entrenador conservador lo primero que hace al pensar un partido es darles la pelota a los contrarios. Entonces todos sus esfuerzos son para contrarrestar los peligros. Y eso ha contribuido a que desapareciera el cuarto mediocampista, apareciera un segundo volante central, a que se inventara la figura del carrilero... Esos son los cambios tácticos más importantes de los últimos años. Uno ya hasta pediría por favor que no se hagan más revoluciones porque siempre son interpretadas de una manera retorcida. Los carrileros vinieron y nos traían la ilusión de que iban a desaparecer los marcadores de punta, y desaparecieron los wines. El doble cinco era para liberar al cuarto volante, para que jugara más libre. Mentira: el primero que desapareció fue el cuarto volante en beneficio del doble cinco.

-¿Entonces no hay casos para destacar?

-Aquel Milan de Sacchi, que te atacaba cuando tenía la pelota y también cuando la pelota la tenía el rival. Te aplastaba contra la raya, el que recibía de espaldas era imposible que girara. Y cuando la tenía la administraba con Gullit, Van Basten, Donadoni. Se convirtió en una referencia mundial. Ahora: fue como el invento de la pólvora, parecía que traía un montón de ventajas y resulta que, en perspectiva, ha hecho un desastre en la Humanidad. Bueno, pues Sacchi lo mismo: todos han copiado la presión, los tres o cuatro conceptos que sirven para presionar mejor.

-Copiar lo más sencillo...

-Claro. La presión tiene la ventaja de que el balón lo tiene el contrario, entonces es mucho más fácil sistematizarla. El problema es sistematizar cosas con la pelota. Lo que sí es muy curioso es que todos aquéllos que esperan en su propio campo, que presionan como animales, son considerados entrenadores muy trabajadores. Pero el entrenador muy trabajador es aquél que sabe hacer las cosas sin la pelota pero con la pelota también. Además los hábitos con la pelota son muchísimo más difíciles que los hábitos sin la pelota. Es un malentendido que se ha convertido en una verdad. Y es increíble cómo el periodismo influye: hay una perversión del juego pero también del debate con esta historia de entrenadores trabajadores porque presionan y entrenadores que trabajan menos porque intentan jugar bien.

-¿Se ve eso en España?

-Bueno, es un buen ejemplo positivo. El discurso dominante en los últimos años ha sido el defender a los entrenadores y a los equipos que hacen buen fútbol. Barcelona, más allá de los problemas de los últimos tiempos, es un equipo que tiene una altísima consideración por la defensa de la estética. Y eso ha arrastrado a equipos de clase media, como el Zaragoza y el Sevilla, que juegan muy bien al fútbol, o el Recreativo, dentro de la modestia de su plantel.

-¿Y se pude jugar bien con un plantel modesto?

-Darle la pelota a un compañero a diez metros lo puede hacer cualquiera.

-Pero un DT se tiene que adaptar a lo que tiene...

-Por eso yo estoy dando ejemplos de distinta dimensión. Hay muchos equipos que siendo modestos están en la parte alta de la tabla, y reciben elogios muy muy grandes. Y eso va generando si no una escuela, sí una tendencia...

-¿Se traduce eso en la selección española?

-No, porque en la Liga la influencia de los extranjeros es abrumadora.

-En este estado, ¿el credo de Menotti es reliquia o puede practicarse?

-Hay una perversión alrededor del debate. Menotti tiene muchos enemigos, y algunos de esos enemigos, incluso gente inteligente, primero eligieron al enemigo y luego eligieron las ideas para oponerse a Menotti. En libros como "Fútbol sin Trampa", que deberían editarse de nuevo, hay un montón de verdades olvidadas que son absolutas.

-¿Cómo sería tu equipo en el fútbol actual?

-No serían muy distintos a como eran cuando yo jugaba: 4-4-2, un mediocentro, un mediapunta, dos jugadores por afuera, rápidos, y dos delanteros. Pero esto no dice nada si no se pone nombre y apellido.

-Entonces ponele tres nombres y apellidos...

-Messi sería uno que no podría faltar. Yo he dicho "ser Messi es un milagro" por la contribución que hacemos todos a confundirlo. Nos peleamos por confundirlo, incluso yo diciendo de Messi que es el Maradona de estos tiempos... Bueno, cuando termino la frase, digo: "Pobrecito". Afortunadamente, lo conocí, y me da la sensación de que tiene como mucha distancia con su personaje. Pero si a mí me llegaba a pasar a su edad todo lo que le ha pasado a él creo que no hubiera sabido si ducharme antes o después de los partidos. Tiene tan interiorizada su condición de crack que se siente seguro dentro de una cancha.

-¿Y dentro de una cancha también es un milagro ser Messi?

-Sí, es una formación extraña. Se fue de su país con 13 años, aventura que yo no le recomendaría a nadie. Y da la sensación de que tiene lo mejor de la calle argentina y lo mejor de la academia del Barcelona.

-Jorge, reivindicás la pausa, y elegís a un jugador que no la conoce...

-No la conoce pero es muy preciso en velocidad. Esa es la enseñanza de Messi, no tiene que ver con la pausa pero tiene que ver con la importancia de la técnica. Messi tiene una extrañísima seguridad para cualquier acción del juego. Recibe la pelota y la mata, la conduce y lleva la cabeza mirando al arco contrario como si los defensores más cercanos no existieran. Cuando te gambetea lo hace con una seguridad tremenda. Cuando tira una pared, la tira como hay que tirarla, fuerte, al pie del compañero. O sea, lo hace todo a velocidad sin poner en peligro la pelota. Menotti decía una verdad que debería estar escrita en las paredes de todos los estadios: "Entrenamos para saber a qué máxima velocidad somos precisos". Si uno se preocupa más por la velocidad que por la precisión, sólo te sirve para darle antes la pelota al rival.

-¿Qué otros dos deberían estar? ¿Riquelme?

-¡No me condiciones! (risas) ¿Argentinos?

-Sí. En tal caso tres contra tres...

-Argentinos, Messi, Gago y... Diego Milito. De afuera, Scholes, Rooney (con muchas dificultades para elegir entre él y Henry) y... Totti, por ejemplo, de cuarto mediocampista. Es otro de los que padecen las reglas del fútbol actual y lo terminaron exiliando a la condición de delantero.

-¿Valdano está lejos de poner en práctica hoy estas ideas? ¿Está lejos el Valdano técnico?

-Sí, muy lejos en estos momentos.

-¿Extrañás ser entrenador o jugador?

-No, no, ser entrenador no. Jugador sí, siempre.

De Revista Olé