Pepo Morel marcó el gol del empate.
La gente, el hincha del Depo sin dudas sabe que estos pibes seguro no se olvidaron de jugar al fobal. Que en algún momento van a volver al nivel que todo el mundo sospecha deben tener, por que le salen "cosas", varios toques de primera dignos de otro fútbol, uno dos enganches seguidos y se te llenan los ojos y te vienen los deseos de aplaudir y gritar, y hacerles sentir todo el cariño que realmente tenemos por ellos. Y ellos lo saben, pero aveces las cosas no salen, se domina todo un partido (como hoy) pero la bocha no entra, o el arquerito rival (que en realidad es nuestro y está a prestamo en Fátima) saca dos o tres pelotas increibles, o Pepo los supera a todos (hasta el arquero) patea con el arco libre...y pega en el palo y sale.
Bueno, del gol de ellos no hablemos (fué un blooper) son rachas, lo importante es que hoy clasificamos entre los cuatro primeros y eso significa que jugamos para salir campeones, y no es poco.
Hubo conato de gresca con el obeso técnico visitante (que evidentemente nos odia y no lo puede disimular) desafiando a la siempre tranquila parcialidad Tricolor, donde no le fue muy bien y no se la llevó de arriba (siempre decimos que somos muy buenos, que cualquiera nos viene a mojar la oreja en casa), llegó la policia y la sangre no llegó al río Negro.
La estrechez arbitral de siempre se exageró con el banderín de Alderete, quien seguramente viviendo algún ataque depresivo trató de automedicarse con una sobredosis de posiciones adelantadas cobradas por él (en un porcentaje muy alto inexistentes), y ya en el medio tiempo se sintió mejor, puesto que cuando le tocó (en el 2do. tiempo) marcar el ataque visitante, tenía el brazo relajado o muy ejercitado en la primera etapa y no lo usaba.
Esto sigue, ahora estamos con Sol, Barrio Lindo y Fortín de Luro y ahí es donde debemos mostrar los pingos en la cancha.
Sabemos que tenemos unos pingos bárbaros, queremos verlos...